lunes, 12 de octubre de 2009

La respiración del olvido…


La penumbra desborda el eclipsado tiempo,
inunda el aura de la memoria y sus perdidos pliegues de redención,
las sombras se hacen luz en medio del vacio de las horas,
del infinito abrazo del olvido,
de mi voz entrecortada, inerte ante la mirada húmeda;
Cae un sueño extraviado por ausencia de materia,
una ecuación inconclusa derrotada por la matemática más elemental,
por la aritmética del silencio, la parábola de la deserción;
La nostalgia parpadea entre el alma,
cierra los ojos para enfrentar lo inevitable
y saber como suspirar ante lo impredecible,
ante el corazón des-hecho y la ilusión cautiva;
El recuerdo es frio y el amanecer se desvanece sin sueños,
La aurora anuncia que el tiempo supera la ficción,
que los fragmentos de dolor encapsulados por las horas, se desvanecen,
que al despertar, las heridas solo serán cicatrices cubiertas de piel y olvido;
Es hora de que el aire circule de nuevo,
que la insensatez de los sueños tome un descanso,
y un día cuando todo se torne monótono y vacio,
cuando me encuentre sin voz, ni aliento,
Regrese el aroma de los sueños,
para sentarme de nuevo, al lado del silencio hecho palabra...